En 1898, catorce años antes
de que el Titanic zarpara, el marino estadounidense Morgan Robertson escribió
una novela llamada Futilidad, sobre un lujoso barco que se hunde en su viaje
inaugural al chocar contra un iceberg en el Atlántico. La nave, era la más
grande del mundo, con un casco triple e imposible de hundir. Sus pasajeros eran
la crema y nata de la aristocracia y además, no había suficientes botes
salvavidas. El nombre de la embarcación era, créalo, El Titán.
IRANGATE,
PEMEXGATE, etc.
Té y café
El rey
Gustavo III de Suecia estaba convencido de que el café era un veneno. Para
demostrarlo, ordenó a un reo tomar café todos los días y a otro tomar té. El
experimento, que fue seguido por una comisión médica, fue un fracaso: los
primeros en morir fueron los médicos, después el rey, muchos años más tarde el
condenado a beber té y por último el bebedor de café.
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